Hoy día utilizamos diferentes términos para describir la relación de lo que hacemos con el resultado que obtenemos. Productividad, eficiencia y desempeño son vocablos que a veces utilizamos como sinónimos, pero, aunque están relacionados, no son lo mismo.
Vamos a aclararlo un poco:
¿Qué es la Productividad?
Es lo que producimos en un periodo de tiempo específico. Podemos medir nuestra productividad comparando lo que hemos obtenido, en fracciones de tiempo similares.
Decimos que somos productivos, cuando somos capaces de producir más en el mismo tiempo.
¿Qué es la eficiencia?
Si bien la productividad es la producción por unidad de tiempo, la eficiencia, es la medida de la calidad de lo que has producido. En este caso, la máxima calidad posible por unidad de tiempo utilizado.
Tan importante es la calidad como la cantidad, ya que muchas veces, su ausencia, nos hace repetir tareas que redundan en un gasto de recursos innecesario. Hacer mal las cosas es improductivo. Decimos que somos eficientes, cuando lo producido en ese espacio de tiempo es lo mejor que se podía obtener.
Es evidente que no nos vamos a decidir por ninguna, porque ambas componen la suma perfecta:
Productividad + Eficiencia = Productividad Real.
Ambas son necesarias para tener éxito en el día a día y para ello, se ha de mejorar el desempeño. La forma de hacer las cosas. Los factores que influyen en la mejora del rendimiento son la organización, la sinergia y el liderazgo. Cada uno de nosotros, tenemos unas necesidades específicas, pero en general se trata de trabajar de forma más inteligente en lugar de trabajar mucho, pero sin resultados.
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